Fetransa apoya la propuesta de retrasar la entrada en vigor de la exigencia del documento de control en formato digital

Documento control digital

Fetransa apoya la propuesta de retrasar la entrada en vigor de la exigencia del documento de control en formato digital

Documento de control digital. Fetransa acoge con satisfacción las intenciones del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible de retrasar la entrada en vigor de la obligatoriedad de exigir el documento de control digital, posponiendo la misma desde el 1 de septiembre de 2024 en que estaba inicialmente pautado, a principios de 2026, por la complejidad técnica que se le exige al mencionado documento y la necesidad de dar tiempo al sector para que se adapte al uso de las aplicaciones existentes para su confección.

Documento de control digital. No es cierto que todas las propuestas que se formulan relacionadas con la digitalización de sector vayan a mejorar la vida de los transportistas, ni vayan a suponer un ahorro de costes para el mismo. Por lo tanto, es necesario contar con el tiempo suficiente para poder determinar qué o cuáles documentos se deberán de confeccionar de manera digital por una imposición legal, y cuáles de ellos será razonable confeccionarlos en formato digital aunque no exista una obligación legal. Detrás de la digitalización se esconde un enorme negocio para los proveedores de dichos servicios que trascienden, con mucho, a los intereses de los propios transportistas.

En estos días se ha hablado y mucho del poco éxito que el plan moderniza y el kit digital está teniendo entre sus destinatarios, culpando al sector de ello, cuando la realidad es que el diseño de uno y otro plan responde más a los intereses de las empresas proveedoras que a los de los propios transportistas.

En lo referido al plan moderniza, se ha dejado entrever en muchas informaciones que la sustitución de los tacógrafos es obligatoria en todos los casos, cuando esto no es así. Se ha inflado el plan con ciertas obligaciones, como la contratación de un sistema de almacenamiento de datos o la asistencia obligatoria a un curso de tacógrafo digital, que vienen a ser redundantes con lo que ya existe en el sector. El almacenamiento de datos se viene realizando desde el 2006, y los cursos de tacógrafo ya se imparten dentro de la formación inicial y continua. Encima, para más inri, muchos agentes modernizadores exigen al transportista el adelanto de una parte del dinero hasta que éstos cobren la subvención. Con estos incentivos no es extraño que muchos transportistas hayan renunciado a solicitar la ayuda y cambiar el tacógrafo.

En lo referido al kit digital, sucede poco más o menos lo mismo. Sus fines son poco claros y no resuelven la duda de lo que pasará con los servicios contratados una vez haya de asumirse el coste real de los mismos.

Llama la atención, sin embargo, que ni unas ni otras ayudas prevean como destino de las mismas la adquisición de hardware. ¿En dónde piensan nuestros gobernantes que se van a implantar las aplicaciones previstas en los planes? Si dichos planes están destinados para incentivar a la digitalización de las empresas más pequeñas, es difícil que se puedan haber diseñado peor.

No es cierta la aseveración de falta de información, la prueba está en el éxito de los planes previstos para las ayudas al achatarramiento. Quizás lo que existe es una cierta desconexión entre la teoría y la realidad de las cosas, sobre todo cuando las mismas se pretenden hacer sin conocer de verdad qué cuestiones pueden ayudar a incentivar un cambio dentro del sector, y qué cuestiones no lo van a hacer.

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